Me gustó este artículo que Gabriel Ortiz de Zevallos publicó hace unos días en los blogs de SemanaEconómica, que dicho sea de paso, el rediseño que hicieron a su web está muy bueno (tanto en fondo como en forma). Acá se los dejo:
(…) El que sabe mucho de algo cree, por lo general, que el otro lo va a comprender mucho más fácilmente de lo que en realidad ocurre.
Cuando usted tiene una idea o un mensaje que comunicar, debe reconocer que su dominio del tema puede ser la mayor dificultad para comunicarse. Piense en su audiencia. Aproveche a un lego en la materia para ver si se le entiende, antes de mandarse con todo. No importa si es ingeniero, agrónomo, economista, y mucho peor si es abogado (para los cuales hablar en complicado es casi una obligación moral): el riesgo de que se complique demasiado es grande. Aquí se aplica lo que los psicólogos recomiendan a los padres para hablar con sus hijos sobre el sexo: explique lo necesario y asegúrese de estar entendiendo bien lo que su hijo quiere saber. Si no, puede que a mitad de explicar el Kama Sutra for Dummies, caiga en cuenta de que la pregunta sobre “qué son las relaciones orales”, se refería de verdad a los cuentos que se transmiten de generación en generación.